lunes, 18 de julio de 2011

ALBERTO HEREDIA (1924 – 1999)


Autodidacta ,  hizo esculturas figurativas ente 1948 y 1952, destacándose por algunas cabezas de arcilla de rara expresividad, y adhirió luego a la tendencia geométrica: con estas obras realizó su primera muestra individual en 1960. Poco después viaja a Europa, y se detiene sucesivamente en Madrid, Amsterdam -donde toma contacto con Karel Appel y otros ex integrantes del grupo CoBrA, que en 1948-51 formuló un aporte sustancial a la Nueva Figuración-, y París: aquí empieza a elaborar  su serie Cajas de Camembert, en 1962, que completa y exhibe el año siguiente, en Buenos Aires. Es esta el comienzo de una obra personalísima, que destaca a Heredia: con elementos de desecho, objetos auténticos materiales pobres y técnicas sorprendentes, viene expresando una crítica social aguda y lacerante, donde nunca falta la ironía.






Alberto Heredia ha dicho:  alcanzo con esta serie "mi gran libertad". Fue, en todo caso, la primera de sus grandes metáforas acerca de los aspectos siniestros del mundo contemporáneo, observados a partir de la Argentina. Las cajas utilizadas por Heredia para la serie de 1962-63 eran reales, pero habían sido llenadas con artículos cotidianos, que el espectador descubría al abrirlas, como se le invitaba: trapos, huesos, hilos, papeles, botones, muñequitos de celuloide, pelos. Al transformarse el contenido de estos envases verdaderos, el artista hacía de ellos figuraciones del útero materno, el habitáculo humano y aun la tumba. Sin embargo, fundamentalmente aludía a la vida del hombre, prisionero de sí mismo y de los objetos que lo circundan y agobian. La cultura del consumo y el desperdicio aparecía así en su negatividad, en su indolencia, mostrando al hombre como un simple residuo más.


                        De la serie Amordazamientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario