Autor: Zulay
Castañeda Herrera.
Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta.
Rafael y Amelia habían tenido una preciosa niña. Decían que
había muerto al nacer; sin embargo lo que muchas personas del lugar no sabían
era que ellos se habían desprendido de la pequeña debido a que un extraño
maleficio la había convertido de niña a perra; la pareja, al no poder manejar tal
situación, decidió abandonarla en una casa
solitaria en las afueras del pueblo.
Esa noche, la niña-perra, al sentirse sola y con frío comenzó a llorar. Sus gemidos llamaron la
atención de una bruja, anciana y alcohólica, que pasaba por el lugar, quien al
darse cuenta de que se trataba de la misma niña que tiempo antes ella había
hechizado, y que no era una simple perra como aparentaba ser, la recogió
rápidamente, conviviendo algún tiempo con el animalito sin poder revertir el
hechizo.
La anciana bruja pasaba sus
días mendigando en el pueblo, mientras la niña-perra se entretenía comiendo las
sobras que encontraba en la basura. Por las noches solo se escuchaba un
silencio sordo y lúgubre que recorría el ambiente; luego de vagar sin rumbo se
dormían cansadas de merodear por ahí. El amanecer era esperado con
ansias, reanudando así un nuevo y monótono día. La
compañía mutua hacía más llevadera sus pesarosas vidas.
La pareja, por su parte, arrepentida y
desesperada por haber abandonado a su hija decidieron pedir ayuda: llamaron a
una amiga especialista en hechizos y encantamientos, invitándola a pasar unos
días en su casa, alegando que necesitaban
les ayudase a resolver la difícil situación. La experta al enterarse del
padecimiento vivido por sus amigos se dispuso a ayudarles. Se trazaron una
estrategia para encontrarla, acordaron salir a buscarla por los alrededores del
pueblo, sin embargo no podían imaginar qué apariencia tendría en ese momento, solo sabían que podría ser una perra pequeña, con el pelo corto y rizado, de color blanco con algunas manchas pardas y anaranjadas; esto era lo único que recordaban los padres de la niña-perra.
Durante días caminaron por el sector sin
ningún resultado. Cierta tarde se tropezaron con la anciana indigente, quien al
percibir que estas personas observaban a su perra con mucho interés, se puso
nerviosa y fingiendo estar muy molesta comenzó a gritar: “¿Qué tanto nos ven, será
que están envidiosos porque no tienen una perra como la mía?”
Inmediatamente los padres reconocieron a
la niña hechizada y con la ayuda de la experta, procedieron a hacer un conjuro,
ahí, en ese mismo instante y lugar a fin de romper el maleficio; para asombro de
todos, la perra de orejas anaranjadas se
transformó en una hermosa niña pelirroja alegre y sonriente. Los padres de la pequeña,
ansiosos por recuperar el tiempo perdido, se la llevaron consigo; sin embargo,
para su sorpresa, la niña solo quería estar con su amiga: la anciana bruja, alcohólica,
pobre y sucia. Era lo único que ella podía reconocer. Sentía rechazo hacia sus
padres, quienes aunque arrepentidos habían tardado algún tiempo en buscarla.
La infeliz viejita alcohólica no podía
parar de gritar improperios mientras tomaba
alcohol cada día más, hasta caer abatida, tendida en su propia inmundicia. Cierto
día decidió implementar nuevamente aquel sortilegio convirtiéndose entonces en
un hermoso cachorrito. Anduvo vagando hasta el amanecer cuando llorando y aterido
de frío llegó a la puerta de la casa de Rafael y Amelia, quienes lo adoptaron
como mascota.
Fue así como nuevamente la niña y la anciana
bruja se reencontraron, esta vez en un
nuevo ámbito y con un destino diferente.
Taller Aprende
a escribir un cuento" (FAEC) / marzo 2013
Título: LA NIÑA PERRA
Título: LA NIÑA PERRA
Autor: Zulay
Castañeda Herrera.
Lugar:
Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta.
580
palabras.
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