Universidad
latinoamericana de Ciencia y Tecnología Costa Rica
Por Carlos Díaz Chavarría
Escritor, ensayista, comentarista de PANORAMA y profesor de ULACIT
Escribir ensayos argumentativos de calidad es una de las habilidades
intelectuales más trascendentes en la formación del estudiante universitario
pues, prácticamente, en todas las disciplinas universitarias el objetivo
principal es desarrollar la capacidad de los estudiantes para leer, construir,
comprender y evaluar argumentos, ya sean escritos u orales.
Además, uno de los propósitos de la adecuada argumentación es sustentar
lo expresado para convencer a otros para que acepten y se adhieran a
determinadas ideas sobre un tema, o para disuadirlos sobre las opiniones
contrarias.
El inconveniente es que, generalmente por ignorancia, miedo, rechazo o
apatía, las personas no realizan prácticas argumentativas adecuadas, en este
sentido, los trabajos escritos elaborados dentro del ámbito universitario deben
seguir una serie de normas específicas, diferentes a las utilizadas en otros
textos como los literarios o los informativos, para lograr la eficacia
adecuada. Estas pautas poseen relación tanto con el estilo de escritura como
con la forma de presentar los trabajos, especialmente si este se escribe para
ser publicado, entre ellas se encuentran:
1) Delimitar el tema para no caer en incoherencias o redundancias, los
estudiantes generalmente se resisten a delimitar el tema porque les preocupa no
tener lo suficiente para desarrollar, pero cuanto más delimitado esté, más
fácil resultará escribir el ensayo.
2) Determinar una tesis (punto de vista) sobre el tema o controversia.
En este sentido cabría preguntarse: ¿Es esta una controversia o cuestión que no
ha sido resuelta?, ¿podría inspirar dos o más puntos de vista?, ¿está dispuesto
a considerar una posición diferente a la suya y quizás modificar su punto de
vista sobre la cuestión?, ¿es la cuestión suficientemente significativa como
para que valga la pena dedicarle su tiempo?, ¿puede obtener información y
generar enfoques novedosos y convincentes sobre esta cuestión? o ¿podrá obtener
una visión clara y limitada de la cuestión aunque sea complicada?
3) Comprender los intereses del auditorio: ¿Cuál es la audiencia meta?,
¿qué la caracteriza?, ¿se convencerán?, ¿se enojarán?, ¿prestarán atención?,
¿cuáles son los resultados esperados?, ¿cuáles circunstancias limitantes
especiales influirán sobre las respuestas de la audiencia?, ¿qué creencias,
actitudes, personas, prejuicios, hábitos o tradiciones limitan sus percepciones
sobre la cuestión o la tesis? ...
4) Usar un lenguaje funcional, esto significa que se deben usar palabras
precisas, directas, adecuadas, claras y sencillas, esto con el fin de explicar
situaciones o términos los cuales podrían ser complejos, confusos o
incomprensibles para un lector no especializado. Las normas de precisión,
concisión y claridad garantizan la agilidad del texto y facilitan su
lectura:
Preciso: Es necesario utilizar términos precisos y no ambiguos.
Recuérdese que los sinónimos no tienen igual significado, pues dependen del
contexto y la cultura.
Coherente: La dirección y la unidad del ensayo se encuentran
determinados en gran medida por la articulación lógica que se le den a las
oraciones y a los párrafos.
Consistente: Un ensayo adquiere consistencia en su cuerpo cuando al
presentar las argumentaciones no admite contradicciones, de esta forma el texto
se presenta natural, espontáneo, claro y preciso.
Sustentado: En los ensayos argumentativos, la tesis debe ser
desarrollada con profundidad argumentativa, a diferencia del ensayo expositivo
el cual es de carácter esquemático pues sólo se describe con evidencias
simples.
5) Evitar las expresiones innecesarias y las palabras demasiado técnicas
o extrañas, especialmente si es una audiencia variada intelectualmente. En este
sentido se debe evitar el vicio del blablismo o información de relleno, o el de
verborrea, es decir, adornar el texto con palabras muy rebuscadas sin ningún
propósito argumentativo. La jerga o terminología especializada puede usarse
libremente entre especialistas, pero se debe tener cuidado cuando se escribe
para un público más amplio.
6) Prescindir de utilizar la primera persona del plural (nosotros) si se
es el único autor del artículo pues no se puede hablar, de manera trivial e
irresponsable, en nombre de otras personas.
7) Apelar al intelecto del lector más que a sus emociones, esto conlleva
evitar el lenguaje emotivo, es decir, aquellas frases construidas a partir de
las sensaciones o connotaciones de las palabras; también se debe evitar
insultar, apodar o estereotipar.
8) Buscar convencer a los lectores con evidencia documentada (premisas
sólidas y creíbles).
9) Sustentarse en el material investigado por otros autores para incluir
citas y fuentes bibliográficas. Para ello debe abordar con precisión el sistema
de citas bibliográficas APA.
10) Usar correctamente las comillas cuando se copia textualmente una
frase o párrafo. Si se parafrasea, se debe evitar hacer sólo una sustitución de
palabras.
11) Regirse por el principio de honestidad intelectual. En el texto debe
quedar claro cuándo se están tomando las ideas de otros autores y cuándo se
están haciendo nuevos aportes, el plagio es señal de pobreza intelectual.
12) Determinar claramente en la introducción qué es lo que se va a
discutir (presentar el tema general en la primera oración) y definir con
precisión los términos y el alcance que se les dará.
13) Establecer, en la parte introductoria, cuál es la tesis por
defender, de esta manera el lector podrá verificar si las premisas dadas están
apoyando o refutando la tesis planteada por el autor, además aquel podrá tomar
una posición al respecto.
14) Presentar la tesis con la mayor claridad posible, se puede plantear
como una afirmación/negación o como una pregunta que se contestará al llegar a
la conclusión.
15) Sustentar la tesis con premisas válidas (argumentos) que la apoyen,
la cantidad de premisas depende de lo polémico que pueda ser el tema. Para
apoyar la tesis hay que demostrar conocimiento sobre el tema, que se ha
investigado sobre él y no se tiene una posición primaria y superficial.
16) Apoyar o refutar la tesis mediante la investigación, el análisis, la
evaluación e inferencia del tema, en este sentido, es importante realizar la
práctica de la argumentación positiva (lo que sustenta mi punto de vista
-puntos a favor-) y la argumentación negativa (lo que refuta mi posición
-puntos en contra-) para reforzar la tesis, evitar criterios superficiales o
categóricos, o cambiar el punto de vista original.
17) Aplicar el argumento rogeriano (argumento conciliador) en el cual
primero se presenta la cuestión y la posición del oponente, luego muestra que
usted entiende la posición del oponente, que la valora y la considera válida
bajo ciertos contextos o condiciones, posteriormente prosigue a establecer su
propia posición y los contextos en los que es válida para, finalmente, mostrar
como la posición de su oponente podría ser mejorada si adoptara alguno o todos
estos elementos a su posición.
18) Respaldar la tesis con argumentos que incluyan ejemplos, analogías y
voces de autoridad con el propósito de darle mayor valor argumentativo. Sin
ejemplos, la discusión se vuelve abstracta y más difícil de entender.
19) Tratar de que la conclusión tenga el mismo énfasis que la
introducción pues debe dejar una idea clara del por qué hay que defender tal o
cual posición, para ello se debe evitar que la conclusión sea cerrada (simple
resumen), sino tratar de que, además de convencer sobre las ideas presentadas,
invite a la reflexión y al análisis, es decir, que deje abierto el diálogo y el
pensamiento crítico sobre el tema expuesto. Es recomendable prescindir del uso
de conectores como en resumen, para finalizar, para concluir o en
conclusión.
20) Evadir los argumentos falaces (errores de razonamiento), para no
caer en conclusiones con poca evidencia, autoritarias, generalizaciones,
ataques a las personas, afirmaciones gratuitas o premisas que apelen a la
emotividad.
21) Estructurar eficazmente el ensayo, si no se posee una práctica
regular en la elaboración de ensayos argumen tativos, es fundamental elaborar
redactar un esquema, diseñar mapas conceptuales, hablar con otras personas para
recopilar información, visualizar mentalmente los conceptos principales, llevar
una bitácora de ideas y hacer una búsqueda en la biblioteca (EBSCO).
22) Hacer uso de los marcadores lingüísticos, conectores, pues ayudan a
la buena organización del texto y sirven de enlace entre ideas y párrafos lo
cual le da mayor fluidez al ensayo. Entre ellos se encuentran:
Causa: Ya que, puesto que, en vista de que, por cuanto, gracias a que,
desde todo punto de vista...
Consecuencia: Por consiguiente, de manera que, por lo tanto, por ello,
de ahí que...
Unión: También, entonces, además, en este sentido, al respecto...
Explicación: Es decir, por ejemplo, sin duda, expresado en otras
palabras, en efecto...
Comparación: De la misma manera, igualmente, en forma similar,
como...
Oposición: Pero, no obstante, por el contrario, en contraposición...
Orden-secuencia: Primeramente, en primer lugar, luego, posteriormente,
por un lado, por otra parte, seguidamente...
Finalidad: A fin de que, con el propósito de, para que...
Conclusión-cierre: Bajo este contexto, en suma, ante este panorama,
entonces...
23) Eliminar los vicios del lenguaje, es decir, aquellas construcciones
que limitan que la redacción sea funcionalmente correcta, pues la manera en
como se presenta el contenido es fundamental para darle credibilidad a lo
escrito. Algunos de ellos son:
- Cosismo
- Repetición
innecesaria
- Dequeísmo
- Barbarismo
de escritura
- Redundancias
- Anfibologías
- Gerundismo
- Queísmo
- Cacofonías
- Uso
incorrecto de las mayúsculas
Definitivamente el ensayo argumentativo debe actuar como un motor de
reflexión, generador de dudas y productor de ideas nuevas. Pero no sólo se
requieren ideas, sino una alta dosis de lectura pertinente y análisis constante
para poder escribir al respecto.
La inspiración para un ensayo argumentativo no surge de la nada, sino de
las habilidades cognitivas (análisis, interpretación, inferencia, explicación y
autorregulación) que llevemos a cabo con el fin de mostrar argumentos
atrayentes, convincentes y sólidos.
Ante este panorama, recordemos las palabras del destacado escritor
nicaragüense Ernesto Cardenal: "La lengua que habla una sociedad es fiel
representación de su modo y calidad de vida. Hablar bien y escribir
correctamente constituyen el único camino para recuperar la capacidad y calidad
de pensamiento de una sociedad".
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